Las
misioneras combonianas en Kinshasa hemos iniciado este hogar social hace poco
tiempo, concretamente en Mayo de 2018 en la zona de Montgafula, en la periferia
de Kinshasa. Somos un pequeño equipo de dos religiosas, una italiana y yo misma
de Congo y dos educadoras sociales. La finalidad de este hogar es la de servir
y ayudar a mujeres en situación de vulnerabilidad y otras que salen de la
cárcel de Makala y que se encuentran sin apoyos. Trabajamos por la reinserción
social de estas mujeres para que puedan gestionar sus vidas con autonomía y
dignamente. Y para ello les ofrecemos un marco profesional y un acompañamiento
multidisciplinar según las necesidades de cada una. La permanencia en esta casa
no debe superar, en principio, un año.
En
diciembre del año pasado tres de estas mamás terminaron su ciclo de formación
en nuestro hogar y ahora mismo se encuentran en el proceso de ir abriéndose
camino en la sociedad con una ayuda que les brindamos para que puedan montar
una peluquería y puedan salir adelante. A otra la hemos ayudado con una máquina
de coser para que inicie su trabajo. Las apoyamos también pagando el alquiler
de la casa hasta que poco a poco vayan siendo autónomas. Y realmente no es
fácil… ¡son muy valientes! Cuando estas tres primeras mujeres dejaron la casa
pudimos acoger otras 4 nuevas. Actualmente tenemos acogidas 7 mujeres que
vienen de ámbitos muy diferentes pero siempre difíciles. No todas terminan este
ciclo formativo. Ya hemos tenido experiencia de dos mujeres que decidieron
libremente entrar en nuestra casa y del mismo modo libremente optaron por
dejarla para vivir su vida prácticamente en la calle.
Para
llevar adelante los objetivos fijados hemos organizado las actividades en dos
grandes bloques, según el lugar en el que se realizan las mismas. Una serie de
actividades se realizan fuera, en un centro profesional llamado “Centro de
aprendizaje de trabajos especializados”, y que está situado en la zona de Montgafula
a pocos kilómetros de nuestra casa. Entre toda la oferta profesional del centro
hemos optado por dos secciones: por un lado corte y confección y por otro
peluquería y estética. Las mujeres pueden elegir libremente una u otra sección
y nosotras corremos a cargo con los gastos del curso.
Estos
cursos se realizan durante 6 meses y proponen tres niveles de formación, es
decir dos meses para cada nivel. Las clases se imparten de lunes a viernes en
horario de 8h a 12h30. También son muchos los sábados que se organizan cursos y
asisten. El programa les ofrece una formación teórica y práctica con exámenes
periódicos a lo largo del curso y un examen final al concluir el año para poder
obtener el diploma de la formación. Cuando
las mujeres terminan estos cursos son capaces de llevar adelante por ellas
mismas estas actividades para las que se les ha formado. De las 7 mamás que
están alojadas en nuestro hogar, una optó por la formación en peluquería y
estética, otra se decantó únicamente por la alfabetización y el resto eligió la
formación de corte y confección.
Otro
tipo de actividades las realizamos en nuestra casa, cuando regresan de los
cursos de la mañana. Les ofrecemos programas de alfabetización, curso de
francés, educación a la vida, trabajos manuales, etc. Hay mujeres que llegan a
nosotros sin saber leer ni escribir, otras saben algo pero quieren recuperar
aquello que aprendieron y aprender a hablar y a escribir mejor en francés… El
curso de educación a la vida lo imparte un matrimonio que viene a casa y nos
ayuda en los diferentes temas para ayudar a nuestras mamás en las cuestiones
prácticas de la vida. También tenemos con ellas cursos de higiene, de gestión
de la casa, de educación de los niños, buenas costumbres, economía familiar, etc.
Todo ello con la finalidad de formar mujeres capaces de gestionar su vida con la
dignidad que todas tienen.
En
lo que toca el trabajo manual a las mujeres les gusta mucho bordar, hacer
punto, ganchillo, coser bolsas, aprender recetas nuevas, saber cuidar un
pequeño huerto, transformar los productos base… ¡Son verdaderas artistas! Y una
actividad muy nueva es enseñarles a hacer nuevos productos como lejía,
desinfectante, etc.
Realmente
en nuestro hogar social hay mucha vida con estas mamás. Cuando están en casa
hay un gran bullicio, limpiando, haciendo la comida… También les ayudamos en el
terreno religioso a que aprendan a rezar, a estar en presencia de Dios, a
solucionar sus problemas en la serenidad de la reflexión. Les ayudamos también
a expresar sus emociones a través de películas, juegos, celebrando los
cumpleaños… Son cosas muy sencillas, pero muy necesarias para ellas. En
definitiva intentamos crear un ambiente familiar que muchas de ellas no han
conocido para que puedan sacar lo mejor de sí mismas. Estas mamás son el futuro
de nuestro país y de nuestro continente.
Henriette Mfutu Beya
Ndongo
Misionera
Comboniana
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