En este mes de septiembre la escuela inicia lentamente también aquí en el Congo. Os cuento un poquito cómo es esta vuelta al cole.
Los niños y en particular los jóvenes, antes de
regresar a la escuela, saben que tienen que prepararse y conseguir algo de
dinero, ya que la mayoría de sus familias son muy pobres. Pocas familias tienen
posibilidades para proporcionarles a sus hijos lo necesario. Desgraciadamente no es lo mismo para todos, ya que la mayoría tienen
dificultades de tener los alimentos en casa que son de primera necesidad.
Así que varios niños de 5to y 6to año de primaria y casi todos los jóvenes, saben que tienen que arreglárselas para comprar lo necesario antes de empezar las clases. Hay padres que no dándoles la importancia a los estudios, (aun teniendo las posibilidades económicas), no se preocupan por enviar a sus hijos a la escuela; de esta manera estos niños y jóvenes son obligados a buscar pequeños trabajos si quieren ir a la escuela.
Las cosas indispensables que tienen que comprar son: el uniforme, los zapatos, la mochila, los cuadernos y algunos bolígrafos. A causa de su nivel económico, aquí no usan libros y otros útiles como los colores, el juego de geometría, la regla, etc. Lo llevan al menos que el profesor se los exija para darles una nota.
Los niños más pequeños colaboran mucho con los
trabajos de la casa: barren, acarrean el agua, ayudan a preparar la comida,
etc. otros son enviados por sus papas para vender en el mercado: panecitos,
empanadas, palomitas, etc. Algunos
niños venden por su cuenta: chicles,
pilas, dulces, etc. (esto lo hacen durante todo el año para tener algún dinero
en el bolsillo). Por esta colaboración hecha, los papas les compran lo
necesario para entrar a la escuela.
Con respecto a los alumnos de secundaria, los papas dicen que ya están grandes y ellos solos tienen que arreglárselas para comprar los que necesitan, incluyendo los útiles escolares. Así que ellos “hacen la cascada”, que quiere decir: buscar por aquí, por allá, pequeños trabajos como: trabajo del campo, trabajo de jardinería, ayuda a los albañiles, comercio, etc.
Cuando consiguen el dinero y compran todo lo necesario, hay una alegría inmensa de regresar a clases. El ambiente reina en las escuelas, en las casas y en las calles. Los directores y profesores tienen mil cosas que hacer. Un poco de desorganización al inicio siempre la hay; ya que la mayoría de los papas siempre esperan el primer día para hacer las inscripciones. Otros esperan hasta dos semanas para comenzar (sea por gusto, o porque las posibilidades económicas no se los ha permitido).
Otra cosa interesante es que los niños que entran por primera vez a la escuela, sea a la maternal o a la escuela primaria (no es obligatorio aquí todavía la maternal) no sufren, ni lloran como en otros lugares; ya que ellos están bien socializados antes de comenzar la escuela. No tienen ninguna dificultad de separarse de su maman ya que antes de comenzar la escuela lo habían hecho quedándose en casa con otro pariente. Así que muy contentos tomados de la mano de un humano “yaya” (hermano mayor que ellos) van con la misma alegría para aprender y conocer sus nuevos amigos.
En general aquí en Isiro, cuando los alumnos están cerca de las vacaciones ya quieren salir de la escuela para descansar, jugar, trabajar o visitar algún pariente que vive en las afueras de la ciudad. Pero cuando están en vacaciones, llega un momento en el que ya quieren regresar otra vez a la escuela, para volver a ver los amigos, platicar con ellos, estudiar, etc.
Este año con el problema del corona virus, los niños se mueren de ganas de entrar a la escuela, ya que se han quedado 3 meses sin estudiar ni ver a algunos de sus amigos. Pidamos por todos estos niños congoleses, para que este año sea mejor que el pasado y todos puedan tener lo necesario para la entrada escolar.
Sr. Mellis (Amelia) Romo Márquez
Misionera Comboniana
Comentarios
Publicar un comentario