EXTRAÑA EN MI PROPIO PAÍS



Me llamo Benjamie Kimala y soy chadiana. Desde que inicié mi camino con las Misioneras Combonianas puedo decir que he estado siempre fuera de mi país, desde la primera formación, el noviciado, y más tarde el trabajo en Perú. Han sido 21 años fuera del Chad. 

Ahora la congregación me pide un servicio en Sarh, donde tenemos una comunidad, al sur del país. Y realmente estoy “aterrizando”. Me acostumbré a vivir con otro estilo tanto a nivel de ambiente como de relaciones sociales y eclesiales y ahora llego a mi país y no me acabo de situar. Realmente estoy viviendo lo que nos pasa a los misioneros cuando estamos fuera de nuestro país. Soy cien por cien chadiana, pero soy también cien por cien mujer universal, no sé si eso se puede entender.

Nosotras Combonianas sabemos que al llegar a un sitio hay que pasar un tiempo con la actitud de ver, oír, callar, preguntar… para conocer la realidad. Yo le había pedido al Señor que me ayudara a reintegrarme en mi país. Pero claro mi trabajo me exige acompañar a un grupo de 20 chicas estudiantes que acogemos en nuestra casa para que puedan terminar sus estudios universitarios. Es imposible para mí estar callada, me toca intervenir, animar, apoyar.

La vida de grupo en la casa no es fácil, las chicas vienen de sitios muy dispares y con formación muy diferente, y hay que estar ahí para escuchar, acompañar, educar. A veces son cuestiones de convivencia que crean conflicto, otras veces se trata de acompañarlas en sus estudios y que aprendan a gestionar sus tiempos y sus capacidades. Y ahí vamos aprendiendo unas de otras quizás metiendo alguna vez “la pata”. 

Cuando me desplazo a los pueblos o a parroquias la gente me pregunta por mi trabajo y quieren saber más sobre las posibilidades que tienen para entrar en este “foyer” (casa). Realmente tengo que decir que las chicas que están con nosotras son muy valientes y tienen unas ganas enormes de salir adelante. El “foyer” tiene un único dormitorio para 20 chicas. ¡Podéis imaginar lo que eso es en plena estación de calor aquí en Chad! Nos gustaría poder acoger más pero no tenemos espacio y me duele el corazón cuando tengo que decir que no.

En Perú estaba siempre de arriba para abajo con grupos distintos porque trabajé en la prevención de la trata de personas. Ahora aquí el trabajo es muy diferente pero reconozco que tiene mucho que ver con lo que hacía, porque también aquí en mi país hay muchos casos de trata de personas y las chicas son muy vulnerables. Por eso acogerlas en el foyer y ofrecerles una educación es un modo muy concreto de prevenir la trata de personas y ofrecerles una educación para el futuro.

Además del trabajo en el foyer me ocupo de la orientación vocacional y de la animación misionera en mi país. En definitiva es un trabajo con jóvenes en distintos ámbitos de la diócesis. Y ahí estoy, metiéndome poco a poco en esta realidad de acompañar la juventud de mi país.

Benjamine Kimala
Misionera Comboniana

Comentarios

  1. Me gusta tu testimonio.mucho ánimo en tu tierra

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  2. Brava Benjamine. Courage pour ton travail. Dieu est toujours avec toi

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  3. Poco a poco encontrarás el camino que debe ser diferente para cada una pero con la ayuda de Dios y nuestra madre del cielo, así como nuestras oraciones lo lograrás. Un abrazo desde Perú.

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