VIDA EN ABUNDANCIA


En Alejandría, Egipto, hay varias comunidades de Misioneras Combonianas. Muchas de ellas tienen ya una cierta edad y han dado lo mejor de ellas mismas al servicio de muchísimas personas, ya sea en los hospitales, escuelas, centros ambulatorios en los pueblos, en los grupos de jóvenes, con las mujeres en las parroquias o con los leprosos…
 
En Alejandría, junto a los laicos, la comunidad lleva adelante sus actividades en un dispensario y en una guardería. El dispensario presta asistencia diariamente a alrededor de 300 personas que vienen a curarse. Aquí se sienten mejor asistidos que en un gran hospital. Y en realidad es verdad que hay una atención particular a la persona y un servicio sencillo pero muy importante como por ejemplo el cuidado de los oídos y de los ojos. Puesto que es un sitio donde hay mucho polvo los ojos y los oídos se resienten mayormente. El dispensario ofrece también otros tipos de curas ya sea para niños como para adultos.

En la guardería acogemos a los más pequeños de 3 a 5 años. Este año iniciamos con un ambiente muy diferente, mucho más alegre. Por vez primera una clase se iniciaba con el método Montessori sin ningún coste adicional.

La hermana Expedita Pérez, canaria de nacimiento y superiora de la comunidad hace ya meses que ha iniciado cursos de actualización para profesores de modo que todos puedan conocer este método y sean capaces de aplicarlo o bien parcialmente o bien de modo integral para educar, en modo excelente, a todos aquellos niños y niñas, ya sean de familias con mayores recursos o bien familias con menos posibilidades económicas.


El día de la apertura invitamos a todas las familias. El patio se llenó de niños y niñas de todas las tallas entre risas y también entre lágrimas de los más pequeños que no querían alejarse de sus mamás. Y así, de este modo, las hermanas que trabajan en la guardería y las profesoras tienen que hacer también de mamás.

  Por la paz y la convivencia es muy importante que todos nuestros centros estén abiertos para todos. No hay distinción ni de raza ni de religión entre los niños. Musulmanes y cristianos se encuentran juntos en la antesala del dispensario esperando cada uno su turno. Las madres y los padres de los pequeños se encuentran también llevando a sus hijos al colegio. Y los pequeñísimos estudiantes aprenden a vivir junto a quien es diferente y aprenden también el respeto al otro porque todos somos personas amadas y queridas por Dios.
Y nuestras hermanas mayores rezan por todas las personas que llegan a nuestras casas y de modo particular lo hacen por los pequeños que necesitan cada uno mil y una protecciones. Ahora estas hermanas son para nosotras como “un banco” de oración. Rezan por todo el mundo y de modo particular por aquellas personas que solicitan una oración. La gente no pide oraciones para que haya milagros, piden simplemente tener el aplomo necesario para poder continuar el día a día y llevar adelante las responsabilidades que les incumben con serenidad y sin agobios. 
En esta comunidad se percibe la historia de la vida: están los pequeños que van a la guardería, aquellos de todas las edades que van al dispensario y están también nuestras hermanas mayores que nos recuerdan que la vida tiene un fin y también que la vida de cada uno puede convertirse en una fuente de alegría para los demás.

Texto escrito por Sr. Angela Colombi

Comentarios


  1. Que Dios las bendiga! Que la Paz inunde sus corazones y que lo que estos niños estan aprendiendo de pequeños, ayude a construir un mundo más justo en el futuro.

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