Misioneras Combonianas. Mujeres en camino

Cuando el espacio de la mujer en la vida parecía ser el hogar o la clausura, Daniel Comboni, un gran misionero y primer obispo de África Central, intuyó que la mujer era la clave para sacar adelante las misiones en el continente. Por eso el1 de enero de 1872, fundó en Verona, el primer Instituto Misionero Femenino del mundo de Italia. En diciembre de 1877 Comboni organizó una expedición misionera directa hacia Sudán. Con él iban tres sacerdotes, seis hermanos misioneros y cinco Misioneras Combonianas: ¡Las primeras! Daniel Comboni murió en octubre de 1881 a los 50 años. Muchos pensaron que su proyecto terminaría con él, pero a pesar del gran dolor que sintieron por su pérdida, sus hermanos y hermanas no se retiraron y siguieron allí, en la misión, para continuar la obra que Comboni había iniciado. La revuelta del Madhi duro 16 años y destruyó todo lo que los misioneros habían construido. Los que sobrevivieron pudieron volver a Italia y poco tiempo después regresaron de nuevo a la misión en África. Hasta hoy. La labor pastoral que llevaban a cabo los misioneros Combonianos es los países de misión, pudo completarse gracias a la participación de estas misioneras, quienes sí podían acercarse y evangelizar a las mujeres. Con los años, las Misioneras Seculares y los Laicos Misioneros completarían lo que hoy llaman “La familia Comboniana”. Salir de la zona de confort para llevar el anuncio del Evangelio a los más pobres y abandonados. Ese era el carisma específico inspirado por Comboni: la evangelización “ad gentes”. Durante sus 150 años de historia, las hermanas Combonianas han sufrido grandes guerras y revueltas, como la de Mozambique, Uganda o el Chad. Han vivido los periodos más duros de "Sendero luminoso" en Perú o la discriminación racial y religiosa en Estados Unidos o Palestina. Algunas de ellas han muerto asesinadas o a causa de graves enfermedades, otras han vivido situaciones de gran hambruna y carestía; pero siempre han permanecido en sus comunidades sin huir del conflicto. La mujer ha sido siempre el centro de todos sus proyectos. Su trabajo en hospitales, centros de salud, escuelas o parroquias; la formación en poblados poco accesibles o su lucha incesante contra la trata, son algunas de las tareas que mantienen ocupadas a día de hoy, a estas1060 mujeres repartidas en 34 países de África, Asia, Europa y América. Una misión incansable y necesaria que mantiene vivo el proyecto de Comboni, de mujer a mujer.

Comentarios