LA ESCUCHA GENERA VIDA


Soy Francisca Sánchez, de Gajates, Salamanca. De mis 33 años de misión entre la R.D. Congo y el Togo, puedo decir que las experiencias son enormes, ricas, y positivas, aunque si las dificultades no han faltado por defender a los más necesitados.

En República Democrática de Congo durante mis primeros años de misión trabajé con los enfermos de Lepra, con los enfermos de SIDA (que en su tiempo no se conocía apenas), con los presos en situación difícil en la cárcel central, y en la formación de las jóvenes.


Dejar la República Democrática de Congo para ir al Togo no fue fácil, pero veo que mi corazón se ha ensanchado y se ha enriquecido con las experiencias vividas allí durante 13 años.

Desde enero me encuentro de nuevo en la R.D.C., concretamente en Kisangani. Aquí colaboro en el Centro St. Laurent, obra de los Padres del Sagrado Corazón (Dehonianos), que acoge niños y jóvenes entre 7 y 18 años en situación de dificultad o ruptura familiar. El Centro es su casa y tiene como meta protegerlos, prepararlos para el futuro y que puedan vivir en sociedad y tener una vida autónoma. Existen 3 estructuras: una para chicos jóvenes llamada San Lorenzo, otra para chicas llamada Santa Bakhita y otra llamada San Vicente para los más pequeños en donde a veces recibimos bebés no acogidos o abandonados.

En la comunidad comboniana (4 hermanas y 3 postulantes) todas colaboramos con el Centro. Una de las hermanas se encarga de la formación de las chicas más grandes, sobre todo con temas de educación a la vida; las postulantes les ayudan con los estudios y actividades manuales. Otra hermana refuerza el diálogo en francés con traducción en la propia lengua Lingala. La responsabilidad del sector educativo la llevo yo con mucha entrega y entusiasmo. Me encargo de la formación, con temas como la no violencia, el respeto, vivir positivamente, los valores humanos... Y doy mucho tiempo a la escucha.

Cuando dibujan les pregunto el porqué de sus dibujos y las respuestas son muy interesantes. Es una terapia muy buena. En ese diálogo me dicen lo que viven y sienten, porque la mayoría no tiene familia, o si la tiene no se interesan de ellos. Experimento que me tienen mucha confianza y lo agradezco de corazón a Dios, Me comparten sus cosas, sus heridas, sus temores, y anhelos, eso me da una gran alegría. Puedo decir que me han robado el corazón.

Todas las semanas evaluamos todos los sectores: educación, salud, Colegio carpintería, asumir responsabilidades (« prise en charge »), etc. Se analiza la situación de cada sector y de los niños. Estas reuniones son muy positivas, se aprende, se sienten las heridas y otros motivos por los cuales estos niños son abandonados. En muchos casos existe la creencia de que algunos de ellos son niños brujos y la familia no quiere responsabilizarse de ellos.


Cada mes hacemos una celebración de acción de gracias y rezamos por aquellos que colaboran para que el Centro pueda seguir adelante. Es una alegría ver la participación de los niños con cantos y oraciones. Se celebra también la “jornada mundial del niño africano”, se les da tiempo para trabajar en grupos y poder expresar lo que están viviendo, sus dificultades y aquello que pueden transformar en positivo.

Agradezco a Dios, desde lo más profundo de mi corazón, por el “Don” de la vocación misionera, y el regalazo de todos estos años vividos en misión.

Francisca Sánchez
Misionera Comboniana


Comentarios

  1. La alegría de los niños de encontrar no solo un lugar apropiado para estudiar sino también hermanas que los quieren. Sin duda es muy gratificante. Felicitaciones a las hermanas por tan dedicado servicio.

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  2. Muchas gracias por compartir tu experiencia misionera. Vuestra vida es luz para nosotros cristianos de una mundo acomodado.
    Damos gracias a Dios por el regalo de tu vida que sigue sembrando el Reino de Dios entre nosotros.
    🤗🤗🍂🍂🌸

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