LA MUERTE REGENERARÁ LA VIDA


Durante el vuelo a Kazajistán el Papa Francisco ha recibido  el comunicado oficial de las Misioneras Combonianas tras el asesinato en Mozambique de la hermana María De Coppi

Las Misioneras Combonianas han hecho llegar al Pontífice el Comunicado oficial tras el asesinato de la Hna. María De Coppi  junto con una “Capulana” procedente de Mozambique. Una tela símbolo de la mujer africana que está presente en los momentos más importantes de la vida de la mujer en este continente. Con ella se envuelve a los bebés y se cubre a los fallecidos y procede del país donde trabajaba la religiosa fallecida.


COMUNICADO

Ante el asesinato de la Hna. Maria De Coppi en Chipene (Mozambique)


Emitido por la Hna. Luigia Coccia (Superiora General de la Misioneras Combonianas) junto a su Consejo.

 

 

13 septiembre de 2022

«La muerte de nuestra hermana regenerará la vida misionera en Mozambique y en todo el mundo»


Con inmenso dolor por el asesinato de nuestra hermana comboniana Maria De Coppi y el ataque a la misión de Chipene (Mozambique) el pasado 6 de septiembre, las Misioneras Combonianas queremos reafirmar nuestro compromiso de permanecer unidas en la oración, en la solidaridad y en la Misión precisamente cuando el trabajo se hace más duro. Los pasos de los misioneros y misioneras en esta tierra no se detienen a causa de la violencia. La muerte de nuestra hermana se transformará en semilla que regenerará la vida misionera en Mozambique y en todo el mundo.

Como misioneras no nos echamos atrás, no tenemos miedo y nos unimos al dolor de todos los que padecen la violencia terrorista. En estos momentos estamos especialmente agradecidas a la Hna. De Coppi por habernos mostrado con qué sentimientos vivir, como cristianos y como misioneros, haciendo evidente la misericordia hacia los culpables y la solidaridad con las personas sencillas y de buen corazón de la misión, víctimas cada día, en silencio y lejos de los focos de los medios de comunicación, de un clima de violencia e intimidación. Cabo Delgado y su entorno sufren desde 2017 una grave crisis humanitaria a causa de la violencia protagonizada por diversos grupos yihadistas y terroristas que han provocado el desplazamiento forzoso de cerca de 800.000 personas en la zona.

La Hna. Maria, de 83 años, llevaba trabajando desde 1963 en Mozambique de manera prácticamente ininterrumpida, donde había formado parte de las comunidades de Anchilo, Meconta, Alua, Balama y Chipene. En la actualidad, su trabajo se centraba en la pastoral parroquial y, de manera especial, en la formación de mujeres. La religiosa italiana (S. Lucia Di Piave, 1939) había vivido en Mozambique la guerra de independencia y la larga guerra civil que la siguió.

El pasado martes, 6 septiembre, falleció mártir, víctima de una muerte premeditada y violenta en odio a la fe cristiana, entregando su vida por todos aquellos a los que cuidaba, consumando su Sí a Dios según el carisma de nuestro fundador, san Daniel Comboni. Otra de nuestras hermanas en Chipene, la española Hna. Ángeles López, que pudo escapar del ataque, ha declarado a una televisión local que «me dijeron que quieren que nos vayamos ya, que no quieren esta religión y que quieren que todo el mundo sea fundamentalista, y que, si no queríamos pasarlo peor, nos teníamos que ir al día siguiente».

Hacemos nuestras las palabras de la superiora provincial de las Misioneras Combonianas en Mozambique, la Hna. Laura Malnati, quien en un comunicado tras el ataque a la misión ha recuperado las palabras de la Hna. De Coppi: «Procuro estar abierta a las personas, sobre todo escuchándolas. A pesar de la pobreza material, escuchar a los otros y reconocer su dignidad continúa siendo un gran don».

Recemos para que el deseo de venganza no prevalezca. Confiamos nuestra oración a la intercesión de san Daniel Comboni, para que en este momento dramático de la vida de la Iglesia y del pueblo de Mozambique siga protegiendo a sus hermanos e interceda para que nuestras oraciones aceleren la paz y la concordia en este continente que tanto amó.


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Comentarios

  1. Una vida donada a Dios por el Reino, sabemos tiene sus riesgos. Nosotras como Misioneras sabemos que nuestra espiritualidad es martirial. La oración es nuestra fuerza, nos ayuda a permanecer junto al pueblo en los que vivimos. GRACIAS Maria por recordarnos que el amor es más fuerte que la.muerte.

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