Atención y Compromiso en el cuidado

Soy Delphine Amivi Gakpe de Adidogomé, una ciudad de Togo situada al borde del mar en el Océano Atlántico en el Golfo de Guinea. Actualmente me encuentro en el Chad, concretamente en la ciudad de Bebedjia, en la diócesis de Doba al sur del país. Ese cambio es, por decirlo de alguna manera, muy fuerte. ¿Por qué este cambio? Pues porque siendo Misionera Comboniana estamos llamadas a compartir nuestra vida con otros pueblos. No fue fácil para mí dejar mi país y mis costumbres.

Comunidad de hermanas de Bebedjia
Mi comunidad la formamos seis hermanas, cada una de una nacionalidad diferente: Togo, Uganda, España, Italia, Chad y República Democrática del Congo. Ahí se demuestra la fuerza del Espíritu que nos sostiene en esta vida misionera.

Desde 2019 estoy en el hospital Saint Joseph, de Bebedjia, en Chad y soy la persona que lleva toda la gestión del hospital. Anteriormente este trabajo lo realizaba una hermana española, Pilar Justo. Ahora ella me ha pasado el relevo y estoy metiéndome poquito a poco en este mundo.

Patio interno del hospital
Mis días son sencillamente de locura. En la misión hay que madrugar ¡y mucho! para llegar a todo o a lo que se puede. Nos levantamos a las 4 de la mañana para la oración personal y a las 5h30 tenemos la Eucaristía en la parroquia a la que asisten muchos cristianos. A las 7h30 ya estoy en mi despacho dispuesta a lo que venga.




Delphine a la izquierda con personal sanitario

Lo primero, antes de empezar cualquier actividad, es saludar al personal y visitar a los enfermos. Aunque soy la administradora del hospital no puedo dejar pasar este detalle de saludar a los enfermos. El trato humano, personalizado es fundamental. Después continúo comprobando que todo está correcto. Una de las cosas más complicadas es llamar a los proveedores, realizar el pedido de los medicamentos y hacer el seguimiento hasta que los productos llegan para depositarlos después en la farmacia del hospital. Las conexiones de teléfono no son buenas y las carreteras son muy deficientes.

Delphine en su despacho del hospital
Sigo todo lo que son reparaciones y mantenimiento del mobiliario del hospital y de los diferentes equipos. Todos los gastos se realizan bajo la supervisión del departamento de contabilidad y en coordinación con el director del Hospital. Al final de la mañana se acumula el trabajo porque las diferentes cajeras vienen a depositar el dinero, tengo que tener un gran cuidado para su registro y expido un recibo a cada una confirmando que todo está correcto.


Con jóvenes en actividades generadoras de recursos

Esa es una parte más técnica de mi trabajo, pero también hay otra mucho más humana y que me gusta desarrollar. Son muchas las personas que vienen a mi despacho durante el día, ya sean empleados como visitantes, y mi servicio es escuchar, apoyar. Las situaciones en ocasiones son complicadas, pero la escucha es muy, muy importante. Es un modo de decir a la persona lo que vale.

Los retos son muchos y muy variados: el reto de la lengua, del calor, de la dificultad de una cultura diferente, de la comunidad… pero yo me los tomo como una oportunidad para mejorar y crecer como persona.

En la parroquia de Bebedjia
Las tardes, fuera del hospital, las dedico a trabajar con los jóvenes en la parroquia. Me siento bien, a gusto con ellos. Son muchos los momentos de formación, como por ejemplo la preparación a la 39 Jornada Mundial de la Juventud en el mes de noviembre. También realizo con ellos otras actividades más lúdicas y donde nos divertimos un montón, como por ejemplo ir en bicicleta a visitar algún rincón del pueblo.

Realmente vivo la misión con mucha alegría, sintiendo que el Señor está conmigo, que me da la fuerza para perseverar en los momentos difíciles y para estar alegre porque Él está con nosotros.

Delphine Amivi Gakpe
Misionera Comboniana


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