La vida es algo sagrado que nos desborda


Soy Patricia Lemus, Misionera Comboniana, de Guatemala y actualmente estoy en la misión de Sri Lanka. Allí las Misioneras Combonianas tenemos dos presencias en la provincia central: en Talawakelle y en Hatton y yo estoy en esta última. 

Realmente la comunidad somos dos personas nada más, porque dependemos de la comunidad de Talawakelle en la que están cuatro hermanas. Es una comunidad reciente, que se ha iniciado el 4 de febrero de 2024. Nuestra casa está situada justo enfrente de un templo hindú. Nuestra finalidad allí es la educación, el trabajo en la pastoral social y el diálogo interreligioso.

En Hatton, una ciudad bastante pequeña, a 1.270m sobre el nivel del mar. Esta ciudad fue fundada durante la época colonial británica para producir café y té. Tiene este nombre por la ciudad de Hatton, una localidad en Aberdeenshire (Escocia). Allí todas las plantaciones de té tienen nombres de aldeas escocesas.

En Hatton, como en todas las ciudades, conviven las cuatro religiones mayoritarias: hinduismo, budismo, cristianismo e Islam. En este contexto intercultural e interreligioso se entiende que el día empiece con la oración.

La primera oración del día es la de los musulmanes, hacia las 04:30 de la madrugada. Esa es la oración que me despierta todos los días. Es un momento muy particular poder sentirme en comunión con los musulmanes que rezan a esas horas. Unos minutos más tarde, hacia las 05:00 empieza la meditación de los budistas con mantras que repiten y que también hace que me conecte con ellos. Me ayuda a pensar en tanta gente que busca la trascendencia. Sabemos que el budismo no es una religión, pero las personas budistas intentan trascender a algo más. Más tarde sigue la oración de los hindúes. Inician los himnos, los rituales propios que tienen para todos los dioses. Y por último oímos la campana de la Iglesia que nos llama a participar cada día en la Eucaristía. Ese es el inicio de cualquier día que se sigue compartiendo la vida. Ese diálogo de la vida en el que todo está conectado con la trascendencia, con lo divino.

Hatton es una pequeña ciudad en la que hay cuatro grandes centros educativos. Muchos estudiantes vienen desde los pueblos más cercanos para poder estudiar en Hatton. Yo trabajo en uno de esos Institutos y cuando vamos allí vemos toda una marea blanca que se desplaza. Yo lo llamo “el río blanco”. Son todos los estudiantes que van a clase con sus uniformes. En el Instituto en el que trabajo la mayoría de los estudiantes son hindúes. Ellos antes de salir de sus casas hacen también sus oraciones. En cada casa, en cada familia hay un altar en el que rezan con gestos, con oraciones.

Y del mismo modo que el día inicia con la oración, también lo termina así, con la oración. Eso hace parte de la vida, de la cultura. Toda la vida de las personas gira alrededor de la religión, de la convivencia, de la celebración. Hay momentos muy particulares para compartir, para crecer como comunidad.

También hay una característica especial en Sri Lanka, y es la cultura del té que es el cultivo por excelencia. Un día en la misión no puede pasar sin el té. El té hace parte de la vida, por eso donde quiera que vas te ofrecen siempre una taza de té.

Nosotras tenemos unas vistas privilegiadas. Los campos de te parecen jardines muy ordenados. Pero detrás de esa belleza se intuye tanto sacrificio y tanta injusticia. Las mujeres son las grandes trabajadoras en este tipo de cultivos. Muy temprano por la mañana van a trabajar a los campos y trabajan 8 horas para recibir un salario bastante miserable. Por la tarde las vemos regresar bajo el sol o bajo la lluvia, con cargas pesadas. Viven una gran precariedad.

Toda esta vida y oración compartida es algo muy importante para mí. Me hace sentir en comunión, conectar con los cuatro diferentes grupos de culturas, de religiones que buscan entenderla vida como un algo más. La vida no es solo trabajar, estudiar, disfrutar, sino un algo más, algo sagrado que nos desborda.

Patricia del Rosario, Lémus Alvizúres
Misionera Comboniana en Sri Lanka

Comentarios

  1. Una gran misión, que Dios te ha encomendado
    Gracias a Dios por ser mi hermanita

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